Estos tres perros de un año no han tenido nunca suerte en sus cortas vidas. Llevan toda su vida en la calle, sin cariño, sin caricias…sin amor. Estaban en una gasolinera y eran alimentados por una mujer que se apiadó de ellos, hasta que un día vió con horror cómo unos rumanos los cercaban para poder llevárselos, según la gente que vive por allí, para comérselos. Gracias a esta chica los tres perritos están a salvo en la Protectora, pero están muy tristes, necesitan un amo que les enseñe lo que es ser querido, lo que es una caricia y no un golpe de un palo. ¿Puedes acogerlos o adoptarlos? Te están esperando desde hace mucho tiempo...Están en un pueblo de Sevilla pero se envían a cualquier parte de España. Contacto: luna080602@hotmail.com
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1 comentario:
Otros que me caen muy bien, los rumanos, no todos, este tipo son con los marroquíes y argelinos mis favoritos. Que alegría tenerlos con nosotros, que avance social, cuanto nos enriquece su cultura.
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