Os vamos a contar una historia que nos ha llegado al corazón por un final que todos hubiéramos preferido diferente. Hace 4 años Gibsy fue adoptado por una chica que se fijó en él por la alegría que transmitían sus ojos. Nos acordamos perfectamente porque vinieron a nuestro refugio buscando un perro necesitado, sin más requisitos. Acabábamos de recoger a Snoopy y a Gibsy (amigos inseparables) de una finca en la que habían vivido en condiciones penosas y decidieron adoptar a Gibsy porque Snoopy estaba recibiendo en esos momentos un tratamiento de quimioterapia.Gibsy enseguida se recuperó y se convirtió en un perro guapo y alegre y supimos que estaba sirviendo de gran ayuda a su adoptante porque estaba atravesando unos malos momentos personales. Hace 3 semanas nos llamó un familiar para comunicarnos que la adoptante de Gibsy había decidico cruzar el arco iris y que habían llevado a Gibsy a una "residencia" porque humanamente no se veían con fuerzas para hacerse cargo de él. Nos contaron que cuando llegaron a casa Gibsy estaba llorando junto a su dueña, durante los días siguientes no se movió de su habitación y les sobrepasó la circunstancia. Decidieron llevar a Gibsy a kilamas, sin saber que era la nueva perrera del ayuntamiento de Salamanca hasta que un día decidieron llamarnos para contarnos todo lo sucedido y ver si podíamos hacernos cargo del animal. La noticia fue para nosotros algo tremendo porque se unía no sólo la triste muerte de la chica, sino la idea de recuperar urgentemente a nuestro Gibsy de las manos en las que estaba. Al día siguiente su familiar nos llevó a Gibsy con todo el dolor de su corazón por no ser capaces de mirarle a los ojos sin recordar lo sucedido. Lógicamente le dijimos que no se preocuparan porque Gibsy volvía a su casa y con su primera familia y volvería a ser un perro feliz sin duda alguna. Ha estado ingresado unos días porque, tal y como nos temíamos, salió de las instalacicones de la perrera kilamas, en penoso estado, delgado y notándosele hasta los huesos de la cabeza, nos preocupaban sus ojos tristes y su aspecto de perro envejecido como si no quisiera salir adelante. Cuando se recuperó un poquito le subimos al refugio con toda la esperanza de que su viejo amigo Snoopy le ayudara a recuperar sus ganas de vivir. Y podemos aseguraros que así ha sido, Snoopy se preocupó de recibirle con una gran sonrisa y de presentarle a sus amigos, Yasmina, Lula, Nieve, Leonardo y Angie, quienes cada día le animaban a jugar con ellos. Snoopy se acostaba a su lado, quizás animándole en su lenguaje secreto y recomponiendo su corazón. Nuestro querido Gibsy vuelve a sonreir, a correr, a iluminarnos con su mirada y no dudamos que desde el cielo, la persona que durante años fue su mamá, se alegrará de verle tan feliz.
Si quereis adoptar a Gibsy protectora_salmantina@hotmail.com
1 comentario:
que historia más triste...pobre Gibsy y que injusto lo de su dueña. ojalá consigan toda la troupe, no solo Gibsy a una familia para pasar el resto de sus dias. Se la merecen
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