Lo leí hace tiempo en la web de EL REFUGIO y me hizo mucha gracia. Me siento plenamente identificada:
"Un perro-adicto es un tipo peligroso, hay indicios claros de que están invadiendo el planeta; conviven con normalidad junto a ti y crees que son simples seres humanos. Hoy vamos a ayudarte a detectarlos:
-Le encantan los perros, los mete en su casa, y siempre es lo mismo: “Este me lo compré… esta no la querían sus dueños y me la llevé yo... ¡Ah! este me lo encontré, no lo iba a dejar alli..." Lo peor es que el perroadicto a veces tiene un agravante en su condición: ¡que le gusten los gatos! "Ah, bueno, es que me los encontré recien nacidos, debajo del coche, y qué quieres, los crié a biberón, y ¡¿cómo los iba a regalar?!”.
-Su casa, no es que huela mal, hombre, bien del todo tampoco huele, él suele ser limpio en general, pero suceden cosas raras:
-Todos los sofás están llenos de fundas, toallas y similares, la lavadora no para.
-Orgullosos, te enseñan el agujero de la pared que hizo Tito de pequeño, o un marco comido, que para qué lo van a cambiar, si vendrán más y lo estropearan otra vez.
-De vez en cuando, por debajo de la puerta salen matas de pelos.
-El perro-adicto es un tipo feliz en apariencia, pero luego te dice que nunca será feliz mientras que haya un solo perro abandonado bajo la lluvia; se queda serio, mirando al infinito y ves brillar un lagrimón en sus ojo.
-Un día oyes un grito, preguntas qué pasa, y te dice: “Nada que han cobrado las cuotas de las protectoras y el apadrinamiento a la vez...” Sonríe y parece que flote en una nube de bondad.
-El perro-adicto adora a los perros, pero siempre se está peleando con otros perro-adictos: “¡Oiga átelo!” “Oiga que se cague en la puerta de su casa o recójalo, que vengo yo y lo piso”... Es la lucha por el territorio a invadir.
-El perro-adicto no encuentra la foto de la boda de su cuñado, ni la de su ahijada, pero puedes ver su colección de fotos desde la cachorrez de Bobby, pasando por el día de su primera meada con la patita levantada, al concurso al que fueron y quedaron los últimos...
-Los ejemplares femeninos de perro-adicto, suelen tener incorporado un lector de pelo humano. Si encuentran un pelo humano en la bañera, o en un plato, se arma un jaleo de los gordos, pero los de perro no molestan, porque son de perro y esos no dan asco.
-Los perro-adictos tienen familiares histéricos, porque en lugar de ir a comer con la familia el domingo, se lo han pasado paseando el perro apadrinado en una protectora, y ha sobrado paella.
-Si una pareja sin hijos se compra un monovolumen… ¡ojo! son dos perro-adictos unidos, ¡¡los peores!!
-Hay noches, cada mes, cuando cobran, que si miramos por el balcón, vemos a los perro-adictos cargando con extraños sacos que introducen en su casa.
-Los perro-adictos hablan idiomas extraños cuando están con sus perros: A mí me constan cosas como esta: “Eneneneneeeeee eeee uapooooooooo, añañañañaaaaaa, fes un bu, uyyyyyyyyy que vene el coco que se comeeee a los bolseeeeee, anananaaaa.” Otros sonidos mas claros son: “Plas, sitz, com, fus.”
-Cuando ven u oyen la palabra maltrato o abandono, pueden tornarse agresivos, mucho cuidado.
-En su casa suele haber colecciones de artilugios extraños: zanahorias con silbatos, hamburguesas con silbatos, pelotas, cuerdas, unos chismes muy misteriosos que dicen llamarse “Kongs”…
-El perro-adicto suelen gozar de buena salud, porque está demostrado que la tenencia de mascotas, alarga la vida.
Espero, amigos, que esta guía les sirva para reconocerlos. Y de verdad, poned un perro en vuestra vida, ¡invadid el mundo!"
-Le encantan los perros, los mete en su casa, y siempre es lo mismo: “Este me lo compré… esta no la querían sus dueños y me la llevé yo... ¡Ah! este me lo encontré, no lo iba a dejar alli..." Lo peor es que el perroadicto a veces tiene un agravante en su condición: ¡que le gusten los gatos! "Ah, bueno, es que me los encontré recien nacidos, debajo del coche, y qué quieres, los crié a biberón, y ¡¿cómo los iba a regalar?!”.
-Su casa, no es que huela mal, hombre, bien del todo tampoco huele, él suele ser limpio en general, pero suceden cosas raras:
-Todos los sofás están llenos de fundas, toallas y similares, la lavadora no para.
-Orgullosos, te enseñan el agujero de la pared que hizo Tito de pequeño, o un marco comido, que para qué lo van a cambiar, si vendrán más y lo estropearan otra vez.
-De vez en cuando, por debajo de la puerta salen matas de pelos.
-El perro-adicto es un tipo feliz en apariencia, pero luego te dice que nunca será feliz mientras que haya un solo perro abandonado bajo la lluvia; se queda serio, mirando al infinito y ves brillar un lagrimón en sus ojo.
-Un día oyes un grito, preguntas qué pasa, y te dice: “Nada que han cobrado las cuotas de las protectoras y el apadrinamiento a la vez...” Sonríe y parece que flote en una nube de bondad.
-El perro-adicto adora a los perros, pero siempre se está peleando con otros perro-adictos: “¡Oiga átelo!” “Oiga que se cague en la puerta de su casa o recójalo, que vengo yo y lo piso”... Es la lucha por el territorio a invadir.
-El perro-adicto no encuentra la foto de la boda de su cuñado, ni la de su ahijada, pero puedes ver su colección de fotos desde la cachorrez de Bobby, pasando por el día de su primera meada con la patita levantada, al concurso al que fueron y quedaron los últimos...
-Los ejemplares femeninos de perro-adicto, suelen tener incorporado un lector de pelo humano. Si encuentran un pelo humano en la bañera, o en un plato, se arma un jaleo de los gordos, pero los de perro no molestan, porque son de perro y esos no dan asco.
-Los perro-adictos tienen familiares histéricos, porque en lugar de ir a comer con la familia el domingo, se lo han pasado paseando el perro apadrinado en una protectora, y ha sobrado paella.
-Si una pareja sin hijos se compra un monovolumen… ¡ojo! son dos perro-adictos unidos, ¡¡los peores!!
-Hay noches, cada mes, cuando cobran, que si miramos por el balcón, vemos a los perro-adictos cargando con extraños sacos que introducen en su casa.
-Los perro-adictos hablan idiomas extraños cuando están con sus perros: A mí me constan cosas como esta: “Eneneneneeeeee eeee uapooooooooo, añañañañaaaaaa, fes un bu, uyyyyyyyyy que vene el coco que se comeeee a los bolseeeeee, anananaaaa.” Otros sonidos mas claros son: “Plas, sitz, com, fus.”
-Cuando ven u oyen la palabra maltrato o abandono, pueden tornarse agresivos, mucho cuidado.
-En su casa suele haber colecciones de artilugios extraños: zanahorias con silbatos, hamburguesas con silbatos, pelotas, cuerdas, unos chismes muy misteriosos que dicen llamarse “Kongs”…
-El perro-adicto suelen gozar de buena salud, porque está demostrado que la tenencia de mascotas, alarga la vida.
Espero, amigos, que esta guía les sirva para reconocerlos. Y de verdad, poned un perro en vuestra vida, ¡invadid el mundo!"
1 comentario:
Je je, yo también lo había leído, un poquito más largo en el párrafo del matrato, decía algo así como "el perroadicto suele ser pacífico, pero cuando oye la palabra maltrato...". Yo también me sentí bastante identificada, sobre todo con lo del cobro de las cuotas a la vez y con lo de los pelos, que los de perro no dan asco.
Publicar un comentario