POL y DUL: Estos dos preciosos caniches tienen 5 añitos y han pasado toda su vida en condiciones infames. La pasada semana recibimos la llamada de un socio para decirnos que en su zona había un señor que tenía 2 perrillos abandonados casi a su suerte. Los pobrecitos se pasaban el día entero en un corral en el que su único cobijo era un trozo de uralita, cuya única comida eran desperdicios de pollo y cuya única compañía era la que se hacían el uno al otro. Llevaba tiempo viéndoles allí y se le caía el alma a los pies ante su aspecto andrajoso y de total abandono. Tras acercarnos a verles nos quedamos horrorizados. Tal y como nos explicó nuestro socio los 2 perrillos estaban llenos de mugre, nudos por todo el cuerpo, con restos de pollo (patas y pescuezos) tirados en un rincón junto con sus excrementos, el agua llena de mierda y muy juntitos sin atrever a moverse. La mirada de Dul (el más delgadito) se nos clavó en el alma porque sus ojos redondos, casi humanos, estaban fijos en nosotros como pidiendo a gritos salir de allí. Localizamos al dueño quién nos confirmó que ya tenía él pensado "quitarlos un día de éstos". Eran mucho trabajo, el tener que ir 1 día a la semana a pedir restos de pollo para que comieran algo y limpiarles el corral. Mientras que escuchábamos esto y otras barbaridades que nos callamos, mirábamos de reojo a los pobrecitos, aterrorizados cuando él les dirigía la mirada o les señalaba. Pudimos convencerle para que nos dejara llevárnoslos (cosa que tampoco quería por si tenía algún lío después), y al cogerles en brazos empezaron a temblar. Damos por supuesto que estos pobres perros lo único que conocen son voces, golpes y desprecio como trato habitual y ahora nos tocaba a nosotros demostrarles que su nueva vida acababa de empezar y que nada tendría que ver con aquéllo. Les pusimos en un recinto solitos para que no se asustaran y nuestra sorpresa fue que rápidamente se fueron los 2 juntos a un rincón debajo de los tejados y desde allí seguían mirándonos fijamente. Les acercamos agua limpia y bebieron hasta hartarse, pero al acercarles unas latitas para comer los pobrecitos se volvieron locos, comían, nos miraban, movían su rabito, seguían comiendo y nos seguían mirando como si no comprendieran qué había pasado de repente. Se rechupetearon durante un buen rato y sus ojos nos transmitían un agradecimiento enorme, pero como seguían con mucho miedo allí les dejamos, en su rincón, y siempre juntitos. Al día siguiente ya supimos lo que era verlos sonreir, ya vinieron hacia nosotros y muy despacito pudimos acariciarles y con cada día que ha pasado su confianza en nosotros se volvió definitiva: por fin supieron que formaban parte ya de la familia. Como desgraciadamente no tenemos dinero para peluquería , tres de nuestros voluntarios se pusieron manos a la obra para cortar los múltiples nudos y dejarles lo más guapos posibles. Como pasa en estos casos el cariño desinteresado de sus manos compensa la técnica con las tijeras de los profesionales y aquí tenéis el resultado. En las fotos podéis ver cómo llegaron y aunque sigan teniendo algún pelo más largo que otro se han convertido en 2 perritos preciosos. Y tras la "toilette" otra vez su buena comidita para que se recuperen y abriguitos nuevos por si hace frío. Pol es el que aparece con el abriguito de rayas y Dul con el marrón. Ahora ya sólo queda encontrarles una familia que les siga demostrando que la vida está llena de cariño, juegos y alegrías y que tenga la posibilidad de adoptarlos a los dos juntos. Quizás ésto pueda parecer un inconveniente pero en cuanto les veáis lo entenderéis. Pol y Dul han sobrevivido juntos en ese mísero corral, estamos seguros que si no hubieran contado el uno con el otro se hubieran muerto de pena, y ahora que tienen la oportunidad de ser felices lo tienen que ser juntos. Son dos perritos pequeños, obedientes, tranquilos y cariñosos y lo único que tiene que tener claro su adoptante es que tendrá que prepararse para recibir doble ración de lametones y besitos, doble recibimiento al llegar a casa, organizarse para rascar 2 barrigas a la vez y no llorar cuando tenga 4 ojos fijos en él/ella dándole las gracias por esa maravillosa oportunidad. Contacto protectora_salmantina@hotmail.com
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